viernes, 22 de mayo de 2009

LA VERDAD

LA VERDAD, que concepto espectacular su enunciado impresiona, seduce, despierta codicia porque quién no desea ser dueño de ella, quién no desea tenerla y usarla a su antojo para en muchos casos simplemente poder hecharsela en la cara a quién deseamos derrotar y demostrarle su error.
Quizá por eso Dios nos ha dado de su mismo espiritu pero no ha dejado a nuestra merced LA VERDAD.
Podemos saber cual es y decir donde está pero no podemos decir que somos dueños de la verdad, ya que implicar esto seria empequeñecer lo que ella es.
¿Qué estoy diciendo? ¿que la verdad no existe? muy lejos de ello, pero es necesario que reflexionemos acerca del concepto que quizá mas divisiones, luchas y problemas a causado y causa entre las personas.
Sabemos que la verdad existe como dijo nuestro Señor en:
Juan 17:17 "Santificalos en tu verdad tu palabra es verdad"
Y no como dice el mundo posmoderno que todo es relativo, aún dentro de la iglesia.
Pero también será bueno saber que ni aún Jesucristo el Mesias bendito, el rey de reyes y señor de señores se afirmó como dueño de la verdad ya que él le dijo al padre "Santificalos en TU VERDAD".
Hay quienes me han escuchado empezar a enunciar esto y sin escuchar hasta el final solo han dicho "este no cree en la verdad" por lo que poco hemos podido seguir en relación. Entonces me pregunto si para la gente no es importante y suficiente saber que hay una verdad y que podemos empezar a conocerla y disfrutarla sin tener ese anhelo adolecente de querer adueñarnos de ella.
Hoy vivimos una tiempo de egoismo y consumismo exacerbado que nos impide disfrutar a pleno de las cosas que son de todos solo por el pecado de no ser de nuestra exclusividad.
Lo veo cotidianamente en cosas tan simples como una plaza que esta ahí pero es poco aprovechada porque no es "exclusiva" o es descuidada por la misma razón.
Decir que uno tiene LA VERDAD nos autoproclama ganadores de una competencia sobre la cual no tenemos autoridad y a la que no hemos sido invitados.
Esto solo va a generar hostilidad en el otro y conformismo en quién no tiene el animo o la valentia de edificar lo que cree.
Esto genera discusiones y a llegado hasta a generar guerras para imponerle tu verdad al otro, a veces nuestra visión de la verdad es tan chica que creemos que podemos explicarla, encapsularla y manipularla a nuestro antojo, pero es entonces cuando vemos que se revela su dimensión y capacidad y que nos hace imposible abarcarla.
Cuando vemos lo que dijo Jesús que la palabra de Dios es verdad, entendemos que haya dicho Tú palabra es verdad y no haya querido adueñarse de ella , porque como podriamos encapsular la palabra del Dios creador del cielo y de la tierra ya que su palabra no es solo la biblia sino todo lo que dijo previamente y le que dirá despues.
Si acordamos que la verdad es por derecho y capacidad exclusiva propiedad de Dios y que se engrandece como el Dios que la declaró, sabremos con certeza que la palabra de Dios es ilimitada y como dice Hebreos 4:12 "ES VIVA Y EFICAZ".
Por lo tanto decir "yo tengo la verdad" es paradojicamente mostrar cuan lejos estamos de ella.
1 Corintios 8:1-3 pone esto en su contexto adecuado cuando declara lo que declara.

1Co 8:1 En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica.
1Co 8:2 Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo.
1Co 8:3 Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.

No es el conocimiento que usamos para ganar una discusión el que abrirá corazones para que ingrese la palabra del Señor sino el amor que manifestemos al hablar de su palabra que es verdad, reconociendo la precariedad de nuestro entendimiento pero también nuestra pasión y el amor por quién la reveló, esto nos permite mantener una actitud aprendiente y humilde sabiendo que la dimensión de la verdad como tal nos supera pero no impide que disfrutemos de ella hasta que la conozcamos cabalmente con el retorno de nuestro Señor.

1Jn 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

Seamos con humildad trampolines que lleven a un mayor entendimiento de lo inmenso y glorioso del amor de nuestro creador, llegando a ser imitadores suyos como hijos amados.